Pregunté a las olas que se fueron
entre el silencio del viento pasado,
por qué nunca pasa el tiempo
en un reloj de arena estropeado.
Oasis florecen y amanecen como el mar
contemplando peces y muchas otras veces,
la realidad que no me atrevo a aceptar.
Como el tiempo que nunca pasa y la desidia que arrasa,
en un reloj de arena sin mar.
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